El Shabat puede y debe ser el punto culminante de nuestra semana, colocando los días pasados ​​en su perspectiva adecuada y preparándonos para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. Pero tienes que saber cómo usarlo. Tienes que saber cómo aprovechar su poder para nutrir y fortalecer, tanto espiritual como físicamente.
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